El fomento de actividades de grafomotricidad, basada en las habilidades motoras finas (dominio en el uso de dedos y manos), permitirá adquirir destrezas motoras en el trazo de grafías que servirán de base para el desarrollo futuro de la escritura. Los niños comienzan practicando mediante el trazo libre que les permite comprender y dominar el espacio y adquirir soltura con los utensillos básicos para, después, ir introduciendo progresivamente pautas y trazos dirigidos (estos son ejercicios de unir con puntos trazando líneas, círculos).Con estos ejercicios se busca mejorar la armonía tónica, la direccionalidad, la segmentación. Además, estos movimientos, son también importantes, porque favorecen el desplazamiento correcto dentro del espacio gráfico: trazos de izquierda a derecha, de arriba hacia abajo… esta simpleza irá evolucionando a los trazados oblicuos, bucles y así hasta llegar a adquirir la imagen motriz más compleja de las letras y, posteriormente, las palabras.
Estas actividades de grafomotricidad también permiten potencializar el desarrollo de diferentes capacidades cognitivas tales como la atención, percepción, memoria, entre otras.
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